Se mueve entre letras, ellas marcan su paso y cotidianidad. Mientras presenta su más reciente publicación ‘El taller, el templo y el hogar’, confiesa que está escribiendo una nueva obra para su editorial.
Largas jornadas
William Ospina: ‘El taller, el templo y el hogar’, lectura para reflexionar
Sus jornadas inician después del mediodía.
Le gusta conversar, hacer amigos, escribir hasta muy altas horas de la madrugada.
Cuando anuncian su presencia en un conversatorio, conferencia o taller pareciera que llegara una estrella de rock.
Sus libros, columnas y posturas son ‘taquilleras’. William Ospina es un hombre que genera odios y amores. Es uno de los escritores más influyentes del país y América Latina.
Estuvo de recorrido por seis ciudades vallecaucanas, en cada una de ellas el promedio de visitantes fue de más de doscientas personas, que llegaban cargando libros para un autógrafo o el momento para tener una buena fotografía.
En la Biblioteca Departamental
Uno de los asistentes le aseguró que sería “el próximo Gabo’; en Jamundí no podían creer que el escritor estuviera de visita; en Palmira se sintieron plenos con el conversatorio y desde luego con algunas de las apreciaciones realizadas por el escritor.
Tessarolo y su retrospectiva llena de color
Algo similar sucedió en las demás ciudades que visitó el escritor. En cada una de ellas se repitió la escena, seguidores que deseaban una foto o la posibilidad de tener un autógrafo en una publicación.
Nueve ensayos, una invitación
William Ospina compartió con las diferentes audiencias los ensayos que conforman ‘El taller, el templo y el hogar’. En cada uno de los conversatorios invitó a reflexionar a cerca del comportamiento humano y su compromiso con el ambiente, con el cambio climático.
Mantener viva la lectura
William Ospina manifestó que “en otros tiempos no era tan fácil tener a los autores cerca. Este tipo de dinámicas hace más viva la lectura y la relación con los libros”, anotó.
Matrimonios: ritos vistos desde el arte
De recordar una y otra vez a los asistentes que la comunidad tiene que una función importante. “No se puede ser ciudadano cada cuatro años cuando se elige un gobernante.
Necesitamos una comunidad más viva, capaz de amarse, capaz de hacer un país más justo”.
Hizo referencia a ‘La edad del desierto’, uno de sus ensayos inspirado en la frase de Friedrich Nietzsche “…el desierto está creciendo, desventurado el que alberga desiertos”, haciendo referencia a la “necesidad de asumir una actitud más responsable con respecto al cambio climático”.
Ospina aprovechó el momento para invitar a los asistentes a “repensarse como colombianos, a tomar en serio la riqueza que hay en el país; generar sentido de pertenencia”.
Además, a reflexionar acerca de la educación, la justicia y la necesidad de un mundo que esté en armonía.