Este domingo, la final de la Copa América entre Colombia y Argentina no solo será un espectáculo deportivo, sino también un escenario de historias emocionantes y sueños cumplidos. Una de estas historias es la de Paola Soto, una caleña que tendrá el honor de izar la bandera nacional.
“Es una emoción indescriptible,” comparte Paola. “En los partidos que se jugaron en Miami llevé la bandera de Panamá y la de Perú, y lo que sientes es respeto y solemnidad. Ver a los jugadores cantar sus himnos con tanta pasión es algo que no se puede explicar. ¿Te imaginas cómo será llevar la bandera de mi país? Desde ya siento ganas de llorar”.
Un encuentro inesperado
La experiencia de Paola ha sido, según ella, una serie de ‘dioscidencias’. Trabajando como agente inmobiliaria, un día lluvioso cambió su destino. “Estaba mostrando unos apartamentos y comenzó a llover muy fuerte. Mientras esperábamos, empezamos a hablar de fútbol y así comenzó este sueño”, cuenta Paola. Después de esa conversación, recibió una llamada que le agregaría más alegría a su vida: la invitaban a ser voluntaria en la Copa América.
“He sido futbolera desde los seis años, cuando iba con mi papá al estadio a ver jugar al Deportivo Cali. Después empecé a jugar fútbol aficionado y, viviendo en Miami, ya había comprado mis boletos para los partidos. Desde el día uno supe que Colombia iba a llegar a la final,” narra con orgullo.
Preparativos para la final
Recibir su uniforme de la Copa América, aprender a llevar la bandera correctamente, y seguir reglas estrictas son parte de su nueva rutina. “El domingo, que es la final, debemos estar desde las 2:00 de la tarde en el estadio. No podemos ingresar celulares ni al partido ni a los ensayos. He aprendido mucho sobre lo que se mueve alrededor de un partido y la solemnidad de los símbolos patrios es rigurosa y emocionante”.
Paola sueña con ver el estadio lleno de seguidores colombianos. “Aunque no lo creas, aquí en Miami hay un gran movimiento que sigue a Messi,” comenta. La fiesta del fútbol se vive en las calles, con colombianos que, han viajado desde diferentes estados, han llegado para apoyar a la Selección en su tercera final. Las ventas de camisetas, cerveza y banderas son un claro indicio del fervor que se vive.
En cuanto a la boletería, asegura que la final ha movido mucho más que emociones. “Cuando salió la preventa, los boletos estaban a 300 dólares; en la venta oficial ya estaban en 600, y hoy el boleto más económico está en 2 mil dólares, y hay quienes están revendiendo hasta en 7 mil,” revela.
Es viernes, los preparativos no paran. “Tenemos ensayo, y ahí estará haciendo su prueba de sonido Shakira. Aquí hay mucho orden y todo se prepara minuto a minuto”.
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Con el corazón latiendo más rápido de lo habitual, Paola se prepara para vivir un momento único. Como si fuera una jugadora más en la cancha, portará con orgullo la bandera de Colombia, esperando que el marcador final, en la Copa América, sea favorable para el tricolor nacional.
