Uno de los platos que no puedes dejar de probar en Valle del Cauca es la chuleta, esa que se caracteriza por su apanado y la jugosidad de la carne.
Este departamento tiene identidad en su cocina, su historia está enmarcada en los aportes africanos y europeos que le permiten contar con recetas tan particulares y deliciosas como la chuleta vallecaucana.
Cali, Tuluá y Buga son municipios estratégicos para disfrutar de este plato fuerte.
Para su preparación se utiliza este corte, sin embargo está la posibilidad de usar otros cortes del cerdo.
Su marinada y apanado hacen parte del éxito. En cada cocina hay un “secreto” para hacer de este plato un verdadero manjar.
Algunos utilizan migas de pan, otros prefieren usar harina, migas y huevo; hay quienes le dan el toque con trocitos de almendras… Eso sí todos se esmeran porque la carne sea jugosa en su interior y crocante en su exterior.
Otra de las características de la chuleta valluna es su generosidad, siempre sobresale del plato en el que la sirven.
La chuleta tradicional va acompañada de tostada de plátano, rodajas de limón y ensalada. En algunos restaurantes le agregan arroz blanco, papas a la francesa, rodajas de tomate y los fieles de los platos tradicionales la sirven con un adicional de hogao.
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La chuleta original
En la memoria de los abuelos están sitios como ‘Los amigos’, ‘El Despiste’, ‘El Retiro’, que fueron exitosos y con desaparecieron con el pasar del tiempo. De este auge de lugares en donde uno de sus platos típicos era la chuleta, sobreviven ‘El Bochinche’, ‘Apolo’ y ‘Aquí es Julián’.
En el libro ‘Paseo de olla. Recetas de las cocinas regionales de Colombia’, escrito por Enrique Sánchez y Carlo E Sánchez, quienes comparten la receta original:
“Se sofríen los tomates y cebollas en 2 cucharadas de aceite, añadiendo sal y pimienta al gusto”.
Advierten que si se va a usar un corte diferente a las chuletas, “se debe adelgazar previamente la carne con un mazo o una piedra”.
Para los investigadores es secreto está en que “se agregan las chuletas al sofrito, así como aguadepanela, y se dejan cocinar las carnes con el guiso. Se retiran del fuego las chuletas y se conservan en el guiso durante 2 horas”.
Otro de los pasos para obtener una buena chuleta está la colada. “Aparte, se hace una colada con huevos, harina, perejil, sal y pimienta al gusto. Cuando llegue el momento, se pone a calentar el aceite. Se saca la carne del guiso, se pasa cada chuleta por la colada y luego por la miga de pan y se fríen en aceite caliente cuidando que no se vayan a quemar”.
Y señalan en el escrito que “una vez estén doradas la chuletas, se sacan del aceite y se escurren muy bien”.
Sin importar cuál sea la receta o qué tan fieles sean a la preparación tradicional en los siguientes restaurantes tienen la fórmula de este plato típico que siempre sorprenderá por su sabor.
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Estos son los mejores lugares para disfrutar de una buena chuleta vallecaucana o chuleta valluna, como también la llaman.
Top 5 de la mejor chuleta valluna
Restaurante El Bochinche cenadero
Está en la memoria de propios y visitantes, su primera sede nació hace más de seis décadas en el centro de Cali, calle 11 con carrera 15. Es un lugar modesto en donde la chuleta podría decirse es la reina del lugar, porque venden otros platos igual de deliciosos y generosos.
Se caracteriza por su sabor, el tamaño la hace perfecta para ser compartida y el servicio es la locura: No se ha pedido cuando en minutos te la sirven acompañada de consomé –cortesía de la casa- arroz blanco, maduro o papas a la francesa y en un recipiente adicional una porción de salsa criolla.
En el adn de los rumberos está El Bochinche, como una parada obligada.
Hoy tienen dos sedes, en los barrios Bretaña y El Templete.
Restaurante La Barra
La chuleta es crujiente, la sirven sobre hoja de plátano lo que le imprime un olor y sabor diferente.
Están especializados en comida típica, sus porciones son más que generosas, perfectamente se puede compartir.
La chuleta es acompañada por arroz blanco, papas a la francesa, porción de maduro y una ración de ensalada.
La Playita
Tienen dos sedes, a nosotros particularmente nos gusta el servicio y la sazón ofrecida en la sede del sur.
Cl. 5 #89-137 En su carta la chuleta de cerdo es uno de los platos más pedidos, va acompañada de arroz blanco, yuca cocida. Y si visitas en semana, te acompañan la chuleta con una porción de frijoles deliciosos y una jarra de aguapanela con limón, que van incluidas en el servicio.
Fabio-galería El Porvenir
Las galerías o plazas de mercado ofrecen dentro de sus instalaciones alternativas para disfrutar de los platos típicos del Valle del Cauca y Colombia.
En el barrio El Porvenir (carrera 5 – calle 31) hay una parada obligada ‘donde Fabio’, este cenadero que lleva más de tres décadas consintiendo paladares y su chuleta es uno de los platos taquilleros.
Cuando se va en grupo de amigos la recomendada es una XXL que permite ser compartida hasta por cinco personas.
La chuleta es gigante, su apanado le da un crocante único. La sirven acompañada de arroz blanco, tajadas de plátano maduro y ensalada de cebolla.
Don Karlos – Buga
Cuando se visita Buga, además de ir al Señor de los Milagros hay que visitar el restaurante Don Karlos, muy cerca de la Basílica, reconocido por la chuleta que preparan. Tienen dos sedes, nos quedamos con la que está cerca del río Guadalajara.
Las porciones son muy generosas y su propuesta de compartir es magnífica. Ofrecen tamaño personal, medio y entero en este último pueden comer hasta seis personas de un mismo plato.
El tamaño de la chuleta es asombroso, su apanado tiene el toque secreto. En una sola fuente van servidos: la chuleta, arroz blanco, papas a la francesa, rodajas de tomate y un recipiente con hogao, que le da ese toque diferencial.
