El puertorriqueño Isarel Tanenbaum regresó a Cali ciudad donde vivió por más de 10 años y donde contribuyó a darle la sonoridad a Guayacán Orquesta. Es pianista, arreglista y productor, con una carrera llena de éxitos y el conocimiento para brindar una ‘Semilla’ que contribuya a preservar la salsa.
Volvió a Cali para presentar su sello discográfico LatinBaum Récords y ‘Semilla’, un álbum que le otorga a la salsa sonidos frescos y contemporáneos. En este álbum ha grabado 12 canciones y seis artistas de El Salvador, Uruguay, Puerto Rico, Estados Unidos y Colombia. Una apuesta con la que busca abrir camino para los artistas emergentes.
Apuesta por la salsa
Está en el barrio Obrero, un sector de Cali al que se le reconoce como la cuna de la salsa, un género musical que si bien no es caleño, fue adoptado y apropiado, al punto de tener su propia versión.
El lugar escogido para presentar la producción discográfica fue Cali Vynil, un lugar donde se dan cita los melómanos, se escucha y se baila la salsa y bolero. Un espacio donde los conocedores arman tertulias, dan visto bueno a producciones antiguas que por una u otra razón no fueron radiadas. Pero que también abren el abanico para descubrir nuevas apuestas.
Para Tanenbaum este es el lugar apropiado para compartir por qué apostó a crear un sello discográfico que contribuya al ecosistema musical que cada vez es más dinámico, pero necesita de la presencia los sellos discográficos que conocen de las preferencias culturales, de la organización para promoción y el posicionamiento; que sabe de plataformas digitales y la forma en la que hoy se consume la música.
Qué pasa en Cali
A pesar de residir en Estados Unidos, Tanenbaum siempre tiene en el panorama a Cali, para él está claro que la ciudad debe capitalizar mejor su legado musical a través de un apoyo más estructural y continuo.
«Cali tiene talento y potencial, pero necesita más impulso para convertirse en el verdadero epicentro de la salsa mundial. El problema es macro y todo tiene que ver con la voluntad política».
Es un hombre que habla sin tapujos, asegura que a Cali todavía le falta mucho para ser de verdad la capital de la salsa porque «con todo el bombo que se le hace deberían existir por ejemplo 20 Cali Vynil; debería haber música salsa en todas las esquinas y estas deberían ser pagadas o auspiciadas por ejemplo por el Ministerio de Cultura, por la Secretaría de Cultura de Cali, por la Secretaría de Cultura del del Valle. En el extranjero conocemos Delirio porque es un espectáculo que ha salido al mundo y es donde uno se pregunta ¿cómo no capitalizan sobre eso?», anota el productor.
Vivió 10 años en Cali y Bogotá, viene con frecuencia al país y conoce de cerca los procesos que se viven en Cali. Mira con recelo el tema de las convocatorias en las que participan los músicos salseros y señala que los reconocimientos que ganan no son de ayuda. «Entregar cinco millones de pesos para que grabe un disco, eso en qué ayuda, es un insulto», recalca.
Y añade que este tipo de situaciones dejan ver que el problema no es del músico y sus capacidades. «Hay unos problemas estructurales de la ciudad que deberían ponerse en juego para realmente capitalizar sobre ese capital humano. Un ejemplo es lo que vivieron los artistas de salsa, que pasaron más de un año sin que le pagaran su participación en la Feria».
Descubridor «talentos escondidos»
Con la creación de LatinBaum Records inició el camino para apoyar el potencial de artistas latinoamericanos, convencido de que la salsa sigue viva y en constante evolución. Semilla, su nueva producción, reúne a Hazel B, de El Salvador, «los invito a que escuchen esa voz . La encontré en una fiesta y le dije: ven que quiero que hagas una prueba conmigo y se quedó en este proyecto», anotó el productor.
Pero Semilla no solo tiene esos talentos emergentes. Tiene casos como el de Edgardo Cambón, de Uruguay, quien tiene una trayectoria, pero necesita ese impulso que le otorga esta bajo un sello discográfico. Con Cambón grabó ‘Amores como este’ y ‘Rueda con ritmo’, en donde hay sonidos afrocubanos, donde la timba se abre espacio y donde los tambores uruguayos se articulan perfectamente con la propuesta salsera.
En esta producción comparten escena Carlos Ramírez, Guille Peña, Oskardy Ochoa y Cristelly Rodríguez, todos con historias fantásticas que están ligadas a la salsa.
Quién es Tanenbaum
La pasión de Tanenbaum por la música comenzó a los 12 años, y desde entonces ha mantenido una metodología rigurosa, transcribe la música de los discos y así ha estudiado los diferentes arreglos. Tiene una capacidad prodigiosa que le ha permitido perfeccionar su conocimiento musical.
A los 15 años, conoció al legendario Charlie López, vicepresidente de una de las editoriales más grandes del mundo, quien lo invitó a un concierto de ‘Machito‘, Francisco Raúl Gutiérrez Grillo, reconocido pionero del jazz afrocubano, esa experiencia fue un punto de inflexión en su carrera. Esa noche cambió su vida.
La trayectoria de Israel Tanenbaum tiene bases fuertes en su participación con la famosa orquesta Batacumbele. Allí, demostró su talento en el piano a pesar de su juventud, ganando la confianza del director Ángel ‘Cachete’ Maldonado. Este hito fue el trampolín que lo llevó a colaborar con grandes nombres de la música latina como Roberto Roena, Pete ‘El Conde’ Rodríguez y Marvin Santiago.
Su conexión con Colombia ha sido duradera. Durante más de una década vivió en Cali y Bogotá, contribuyendo con sus arreglos a éxitos tempranos de Guayacán Orquesta, como Nostalgia Africana y Amigo. Sin duda Israel Tanenbaum le dio a esta agrupación otra sonoridad a la salsa, incluyendo fusiones, integrando jazz, rap, vallenato y hasta merengue, como se escucha en las producciones en las que él participó. En Guayacán Sinfónico, también está plasmado su sello.
La integración de diferentes instrumentos y la experimentación de sonidos ha influenciado a muchos otros artistas y también contribuido al género salsero. El nombre de Israel Tanenbaum es sinónimo de éxito. Su trabajo en más de 100 producciones discográficos da cuenta de ello.