
Cuando la tecnología transforma sueños en proyectos reales hay que hacer referencia en Clubhouse Candelaria, un espacio donde la educación, la tecnología y la innovación se suman para empoderar a los jóvenes del Valle del Cauca.
A pocos minutos de Cali, con un entorno en donde los cañaduzales hacen parte la historia, se encuentra el municipio de Candelaria, que hoy cuenta con un laboratorio tecnológico que está cambiando el rumbo de sus jóvenes. Se trata del Clubhouse Candelaria, un centro de innovación juvenil que ha beneficiado directamente a más de 160 jóvenes de comunidades vulnerables y a más de 1000 estudiantes de escuelas públicas a través de talleres de ciencia, robótica, arte y programación.
A democratizar el conocimiento
Este espacio gratuito, creado por la Fundación Mayagüez en 2021, nació con una visión clara: democratizar el acceso a la tecnología y empoderar a los jóvenes a través del aprendizaje práctico. Lo que comenzó como un sueño hoy es una realidad respaldada por The Clubhouse Network, una red internacional con sede en Boston y vínculos con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que reconoce a este centro vallecaucano como uno de sus referentes en América Latina.
Gracias a una inversión inicial de 160 millones de pesos para adecuación y dotación, y el compromiso anual de 145 millones de pesos, el Clubhouse Candelaria entrega herramientas de última generación como impresoras 3D, kits de robótica, cortadoras láser, software de diseño y programación, que están al servicio de los estudiantes, además de brindar un entorno seguro y colaborativo.
Semillero de talentos
El modelo educativo que impulsa el Clubhouse se basa en el aprendizaje por proyectos. Aquí, cada joven puede desarrollar sus propias ideas a partir de sus intereses personales, combinando creatividad con conocimientos en ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas (STEAM).
Hasta la fecha, se han desarrollado 36 proyectos innovadores, que van desde asistentes virtuales basados en inteligencia artificial hasta creaciones artísticas con grabado láser. Esta dinámica fomenta no solo habilidades técnicas, sino también la confianza en sí mismos y el trabajo en equipo.
Según Jaime Quevedo Caicedo, director ejecutivo de la Fundación Mayagüez, el impacto del Clubhouse va más allá de la tecnología. “Para nosotros es fundamental contribuir al crecimiento de la región a través de la educación. Estamos orgullosos de ser un ejemplo no solo para el país, sino de ser un referente a nivel global. Ver a los jóvenes tan motivados por explorar y desarrollar sus intereses en STEAM nos llena de orgullo”.
Tecnología para transformar el campo
En el rostro de Emanuel, un joven de 15 años, refleja su compromiso en el aprendizaje y los sueños que lo inspiran para transformar su entorno. Como él hay varios estudiantes que encuentran en este laboratorio esperanza y futuro.
Todos los días sale en su bicicleta desde el corregimiento de Gualí, ubicado aproximadamente a 13 kilómetros del Clubhouse, el pedaleo lo lleva a un espacio en el que ha encontrado las herramientas para unir su amor por la agricultura y su pasión por la tecnología.
Lee también: Mujeres impulsan la economía y aportan para vencer brechas
Emanuel creció en medio de cultivos de frijol, cilantro y maíz, aprendiendo de su abuelo el valor de la tierra y el trabajo en el campo. Además por la ubicación geográfica también ha crecido en medio de cañaduzales. En 2023, gracias a la invitación de una profesora, llegó por primera vez al Clubhouse. Lo que esperaba que fueran simples clases de robótica, se convirtió en una experiencia transformadora.
En 2024, desarrolló el proyecto Matera Inteligente, un sistema automatizado de riego que funciona con sensores de humedad y temperatura, y que, gracias a una placa WiFi, puede ser controlado desde un celular o computador. Su invento permite activar el riego de manera automática o manual, optimizando el uso del agua, algo crucial para el futuro del campo colombiano.
“Quiero que mi proyecto se use en cultivos grandes. Así se puede ahorrar agua y facilitar el trabajo de muchos campesinos”, cuenta Emanuel con entusiasmo.
Aunque su prototipo aún está en desarrollo, ya representa una solución concreta a un problema real y una muestra del potencial que tienen los jóvenes cuando cuentan con oportunidades.
Reconocimiento y colaboración internacional
El impacto del Clubhouse Candelaria ha traspasado fronteras. Recientemente, el laboratorio recibió la visita de líderes de The Clubhouse Network en Boston, quienes destacaron la calidad de los proyectos desarrollados por sus integrantes. Además, este espacio es hoy reconocido como pionero en iniciativas como ColaboRAmérica, un proyecto colaborativo entre Clubhouses de América Latina y Estados Unidos.
Esta red conecta a jóvenes de distintos países mediante experiencias tecnológicas que integran realidad aumentada, realidad virtual y pensamiento de diseño, promoviendo una visión global desde lo local.
Tecnología con sentido social
Uno de los ejes más destacados del Clubhouse Candelaria es la participación activa de niñas y adolescentes en proyectos de tecnología, arte y ciencia. El laboratorio fomenta la inclusión con programas específicos para impulsar el rol de las mujeres en áreas tradicionalmente dominadas por hombres, generando referentes positivos para las nuevas generaciones.
Asimismo es un espacio de acceso a oportunidades tecnológicas, demostrando que la innovación no es un privilegio, sino un derecho. Con su enfoque pedagógico y comunitario, se posiciona como un ejemplo a seguir para otras regiones del país.
“El Clubhouse ha permitido que muchos jóvenes encuentren un propósito, se sientan valorados y descubran que pueden ser protagonistas del cambio”, concluye Quevedo Caicedo.